En el pavimento de la maravillosa catedral de Siena, hecho con mosaico de mármol entre 1481 y 1483, están representadas las famosas profetisas de la antigüedad, conocidas como sibilas.
Parece ser que el mito de la sibila, una mujer clarividente, inspirada por el dios Apolo, nació en Asia Menor y, de allí, pasó a Grecia y a Roma, siendo aceptadas después por el cristianismo. Aunque en origen se menciona solamente una, llegaron a existir hasta diez sibilas diferentes. Las más famosas de todas ellas fueron la sibila délfica, también conocida como Pitia o Pitonisa, sacerdotisa de Apolo a quien los griegos consultaban todo tipo de asuntos y que llegó a convertir el santuario de Delfos en uno de los centros oraculares más importantes del mundo griego; y la sibila cumana, de la que se dice que vivió nueve vidas de 110 años cada una y que guio al héroe Eneas en su recorrido por el inframundo para encontrarse con su padre, Anquises.
Aunque las sibilas aparecen en el arte desde la Edad Media -cuando se puso, además, muy de moda el drama litúrgico de melodía gregoriana conocido como Canto de la Sibila-, fue en el Renacimiento, con la recuperación del mundo clásico, cuando tuvieron su máximo apogeo. Se representan siempre como mujeres poderosas y sabias, acompañadas de sus libros de conocimiento, los Libros Sibilinos, que recogían sus profecías y que los romanos utilizaban como guía para saber de qué manera actuar cuando se enfrentaban a un acontecimiento importante (no hay que confundirlos con los Oráculos Sibilinos, textos posteriores, utilizados para atacar el paganismo).
El término “sibilino”, vestigio de la importancia de estas mujeres clarividentes, ha llegado hasta nuestros días como sinónimo de algo misterioso u oculto, que encierra un secreto importante o que puede tener varios significados velados.
(Imágenes de Wikimedia Commons)
Me encanta….quiero más….
jajajaja, tomo nota!!! 😉
Me encanta que te encante!!!! Un besazo, mon amour!!!
Maravilloso!!! gracias por aportarnos tanta belleza, la necesitamos 🙂
Muchas gracias a ti, Mª Pilar!! Me alegra que te haya gustado. Un besazo!